“Antes de ser cantor mis historias de amor eran casi secretas/pero luego el azar que me puso a cantar me llevo a publicar mis zozobras completas/son un largo striptease donde yo exhibo mis frecuentísimos cuernos/y mis lunas de miel cuando nada es cruel y celebra mi piel otros signos externos”. Krahe en Zozobras completas.
Los viernes, como de costumbre, después de una agotable y satisfactoria semana de trabajo, llego a casa, enciendo el equipo de sonido, me sirvo una copa de ron Abuelo que conservo con extremada delicadeza y me dispongo a escuchar música. Suenan los primeros acordes y preparo mi oído para los primeros versos, que acompañados de aquel curioso timbre de voz, me generan unas insoportables ganas de fumar. Me lo imagino grabando este trabajo en vivo con un cigarrillo entre frase y frase, forzando aquellos melismas como quien procura cantar con dulzura y sabe que le cuesta. Aunque por lo anterior, vale la pena aclararlo, no es un reproche, todo lo contrario, es quizás un piropo que puede alentar hasta el más inexperto cantante.
Javier Krahe que en sus años mozos dedicaba gran parte de su tiempo a vender libros y de paso a leerlos, decidió cambiar de profesión por una en la que no tuviera que trabajar. Es decir, decidió ser cantante, y para acompañar esta osada iniciativa, quiso escribir sus propias canciones a medida que aprendía a tañer el apreciado instrumento que no falta ni en las familias menos favorecidas: La guitarra.
Con cierta incredulidad, su compañera le dice: ¿cantante? ¿Y cuándo será tu primer concierto? -dentro de dos años, responde Krahe, seguro de sí mismo. Cinco años después, acompañado por Joaquín Sabina y Alberto Pérez graban un disco titulado La Mandrágora. Aunque no fue su primera grabación, lo sellos discográficos de la época (en Madrid) alentaron a los músicos para documentar su exitosa participación en aquel local llamado igual que el disco. Ya que el título original fue cambiado a última hora por el que debería llamarse: En la Mandrágora, que, según Krahe y sus compañeros, nunca se consideraron un grupo porque cada cual hacia lo suyo. Pero el disco que quiero que escuchen, después de inspirar un poco su curiosidad, eso espero, se llama Cábalas y Cicatrices. Disco grabado en vivo en el 2002 en un bar donde es posible escuchar las risotadas y el tintineo de las copas de licor. Este trabajo está acompañado de una contundente introducción llena de humor y sarcasmo que el autor hace a todas sus canciones. He de suponer que sus lecturas le han proporcionado gran habilidad. Y como merito a su genialidad, este hombre con su particular estilo es capaz de resumir y recrear en una canción la historia de la Odisea. (Como Ulises. Track 10). Sus narraciones nada tienen que envidiarle a la literatura clásica y mucho menos a la moderna; porque su sonido, aunque un poco excéntrico, esta fuera de los límites de lo convencional. Este particular compositor, tiene entre sus favoritos, que además reconoce ser una de sus más inspiradas influencias, al poeta y compositor francés George Brassens (1921- 1981) “una de las figuras del pensamiento, de la posguerra francesa y de todo el siglo XX”. Krahe tradujo algunos de los éxitos más representativos de Brassens, entre ellos la tormenta. Por si acaso eres un lector más exigente de lo que podría imaginar, y el anterior dato no es suficiente, mi adorado cantautor Joaquín Sabina en su libro yo también se jugarme la boca afirma: “mis planes eran ser Tom Waits o Javier Krahe o Brassens”. Reiterando un poco lo anterior, aquello de lector escéptico quizás, te digo: si eres de los que gusta de la buena pluma, te invito a darte un paseo con este vago burlón, letrista sin comparaciones, fumador imparable, y retratista de amantes, según él: “ficticias”.
Lo maravilloso de textos como este es que uno queda con ganas de irse para la casa, encender el equipo de sonido (cuando lo consiga) y dejarse llevar por la musica hasta que el suspiro sea otra nota musical.
ResponderEliminarEs un placer tener a un gran amigo por estos caminos del blog, me gustan bastante estos textos juguetones y que invitan a escuchar a buenos músicos. Este trasegar aquí en la red es complejo porque nunca se sabe para quién escribes, pero en el fondo queda una satisfacción cuando por lo menos un lector te sigue.
ResponderEliminarUn abrazo cibernético.
qué prosa, compadre. vaya floreciendo con más textos como este y si mi bola de la fortuna no me falla muy pronto tendrás más de tres lectores.
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